Los injertos necesarios para un trasplante de pelo, se obtienen de la zona posterior y/o lateral del cuero cabelludo; esta localización se conoce como zona donante. La extracción de las unidades foliculares se realiza con anestesia local y, tras ser preparadas minuciosamente por los especialistas bajo el microscopio, son introducidos cuidadosamente mediante microincisiones o implantadores en las zonas de escaso pelo (zona receptora).

Los injertos de las áreas posterior y lateral de la cabeza (zona donante), están genéticamente programados para crecer toda la vida al poseer receptores hormonales que no se ven afectados por la hiperactividad enzimática; logrando así que una vez los folículos sean implantados, no caigan y continúen creciendo normalmente.
